La policía colombiana al igual que las de otros países del mundo, en el desarrollo de sus habituales funciones de vigilancia y control del orden público, ha venido empleando cierto tipo de armas consideradas como “no letales”. Directivas internas de la institución policial instruyen acerca de su uso. Aprovechando la propuesta de un nuevo Código de Policía presentado al Congreso de la República, el gobierno y la policía intentaron convertir en ley de aplicación nacional, la legalidad del empleo de estas armas. No obstante, en este texto se analiza, desde el punto de vista de los derechos humanos y de la construcción de una legitimidad democrática la conveniencia del empleo reiterado de este tipo de armas, dadas las negativas y a veces impredecibles consecuencias físicas y psíquicas que producen en quienes reciben el accionar de estas armas. Para sustentar los cuestionamientos se toman en consideración la normatividad internacional que regula la materia, así como diversas evidencias empíricas que develan los efectos del empleo de cierto tipo de armas consideradas “no letales” y se invita a una reflexión acerca del impacto que ello trae para los seres humanos y para el fortalecimiento de una sana convivencia pacífica y democrática.