La seguridad humana parte de un enfoque integral en el que la seguridad es un medio y no un fin en sí misma y se logra con la satisfacción de los derechos, bajo un orden público democrático, en el que el Estado no puede ser defendido en contra de las personas ni de la sociedad. El enfoque de Seguridad Humana desde abajo entiende que la seguridad no debe ser asunto de expertos o de agentes estatales, pues son las comunidades las que más conocen sus necesidades. En un diálogo de saberes entre comunidades, expertos académicos y agentes estatales, se busca construir alternativas que garanticen mayor seguridad y combatan las amenazas que se presentan.
Contiene múltiples efectos: dinamiza expresiones colectivas de resistencia, genera procesos prácticos y reflexiones teóricas sobre cómo se pueden enfrentar los problemas para construir comunidades más seguras; fortalece las capacidades personales y comunitarias en el ejercicio de sus derechos ciudadanos, asumiéndose como sujetos sociales y políticos que interactúan entre sí, con otras comunidades y también con el Estado.