Juan David Quintana Duque era, ante todo, un amante de la libertad y de la lectura. Por esta razón, al cumplirse el primer año de su asesinato, sus familiares, amigos e integrantes de diversas organizaciones sociales que lo conocieron, decidieron reunirse y traerlo a la memoria como quizás él hubiera preferido: con pintura, lectura, trueque de libros y un conversatorio sobre la situación de las y los defensores de derechos humanos en el país.
El 27 de mayo de 2016, el Parque Biblioteca del Doce de Octubre presenció un sentido homenaje, en el que se le recordó al país que Juan David Quintana Duque era un hombre muy querido entre su comunidad y un convencido de que había que luchar “por una libertad que nos permita mantener sueños, ideas y valores”, como lo expresó en su última publicación en redes sociales.
En Colombia cada semana es asesinado un defensor de derechos humanos y cada dos días uno es amenazado. En el marco de la terminación del conflicto armado entre el gobierno y las Farc, es urgente que esta situación se detenga para evitar una ola de violencia que ponga en riesgo la anhelada paz para nuestro país.
En junio de 2015 la Corte Interamericana de Derechos Humanos –CIDH- se pronunció y rechazó los asesinatos y amenazas a líderes y lideresas sociales, políticos, juveniles y culturales en Colombia. De acuerdo con este organismo, el Representante a la Cámara, Alirio Uribe Muñoz entregó al Ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, una relación que indica que 335 defensores y defensoras de derechos humanos habrían sido asesinados entre el 2009 y el 2015.
Nombres como los de Judith Adriana Vergara, Víctor Hugo Gallego Arboleda, Ana Fabricia Córdoba, Jhon Alexander Pulgarín, Iván Darío Restrepo, Luis Fernando Wolf Isaza, Viviana Agudelo Zapata, Juan David Quintana Duque y Ramón Eduardo Acevedo Rojas, entre muchos otros, son traídos a la memoria cuando se pone sobre la mesa las condiciones de vulnerabilidad de los hombres y las mujeres que defienden los derechos humanos en la ciudad de Medellín, y la impunidad que reina alrededor de sus casos.
Además de expresar nuestra preocupación y rechazo por esta situación y de visibilizar las alarmantes cifras de amenazas y asesinatos que rodean la defensa de los derechos humanos en este país -lo que entorpece su transición hacia la paz-, recordamos que es obligación del Estado investigar estos hechos y sancionar a los responsables materiales e intelectuales. Y, así como lo reitera la CIDH, exigimos que las investigaciones se adelanten partiendo de la hipótesis de que estos asesinatos pudieron haber sido cometidos en conexión con su labor de defensa de los derechos humanos y no por asuntos pasionales, intentos de hurto o porque “algo habrán hecho mal”, como ha querido justificarse en muchos de los casos de los líderes y lideresas de la ciudad que han sido silenciados.
En consecuencia, las organizaciones firmantes de este comunicado exigimos a la Administración Municipal, en cabeza del señor alcalde Federico Gutiérrez y a la Fiscalía, brinden información sobre el avance de la investigación del asesinato de Juan David Quintana Duque. Así mismo, a la Unidad Nacional de Protección, Defensoría del Pueblo, Personería de Medellín y demás instituciones involucradas que presenten un plan de atención y evaluación del riesgo al que estamos expuestos las y los defensores en nuestras labores y que se establezcan garantías para el ejercicio de las y los líderes y activistas sociales de Medellín.
El deber del Estado es adoptar todas las medidas necesarias para garantizar el derecho a la vida, la integridad y la seguridad de las defensoras y defensores de derechos humanos. Y, el deber nuestro, es no permitir que el legado de estos hombres y mujeres a los que les arrebataron su vida por la defensa de sus convicciones e ideales, quede impune y en el olvido.